EL ESTADO. LA REFORMA POLÍTICA. LA UCD
En resumen, la Reforma Política pretendía
-Perpetuar las instituciones del régimen franquista (monarquía, poder judicial, ejército, etc.)
-Legalizar progresivamente los partidos políticos y favorecer un sistema político de alternancia entre dos partidos políticos, uno de derechas y otro socialdemócrata.
-Neutralizar la influencia del Partido Comunista en la sociedad de la época y desmovilizar a un país que en 1976 estaba permanentemente levantado frente al franquismo.
LA NECESIDAD DE EEUU DE “LIMPIAR” EL RÉGIMEN FRANQUISTA PARA INCORPORAR A ESPAÑA A LA OTAN
Desde la finalización de la II Guerra Mundial, el régimen de Franco se quedó en un anacronismo total dentro de la Europa democrática. El compromiso de Franco con Hitler fue total, desde la participación nazi en la Guerra Civil española a la División Azul, pasando por las reuniones de Franco y Hitler.
En plena guerra fría era necesario incorporar a España a la estructura militar de la OTAN y son muchas las iniciativas desarrolladas por EEUU en esta dirección, siendo las más conocidas las desarrolladas a través de Garrigues Walker en conexión con el entonces Príncipe.
Esta posición americana tomaría fuerza a partir de 1971 en que Richard Nixon trataría de desarrollar una apertura política del régimen franquista que evitase un cambio político no deseado y que permitiese incorporarlo a la OTAN. En marzo de ese año, envía a España al general Vernon Walters, posterior director de la CIA, para tratar de convencer a Franco y al presidente Carrero Blanco de esta idea a la que ambos se oponían.
El 15 de agosto del 2000, el general Vernon Walters concedió una entrevista al ABC donde explicó el encargo de Nixon para hablar con Franco, ABC 15 de agosto de 2000, sobre la incorporación de España a la defensa del Mediterráneo occidental en colaboración con Inglaterra, Francia, …
DOCUMENTOS
EL ASESINATO DE CARRERO BLANCO
El 20 de diciembre de 1973 ETA asesina a Carrero Blanco. Al margen de la polémica sobre si ETA recibió apoyo extranjero en la Operación Ogro (tal y como indica Eva Forest en su libro de memorias), la desaparición de Carrero supuso un hito en la evolución del régimen.
Carrero fue el quinto presidente español asesinado tras Juan Prim (1870), Cánovas del Castillo (1897), Canalejas (1912) y Eduardo Dato (1921).
Su muerte supuso el desbloqueo de las pretensiones americanas para tratar de “democratizar” la imagen del régimen.
ETB presenta: Con la Transición comienza el camino hacia la democracia
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ARIAS NAVARRO Y EL ESPÍRITU DEL 12 DE FEBRERO
Arias Navarro llegó al puesto de ministro de Gobernación con Carrero Blanco en 1973 precedido de una tremenda reputación como responsable de la sanguinaria represión en Málaga en 1937, donde testimonios le hacen partícipe de la muerte de 4.300 republicanos.
Tras un pequeño paréntesis de 11 días, en las que Torcuato Fernández Miranda ocupó la presidencia interina, Arias Navarro fue nombrado presidente tras el asesinato de Carrero.
El 12 de febrero de 1974 pronunció en las Cortes el discurso que se conocería como “Espíritu del 12 de febrero”. Las promesas de Arias en su discurso se refirieron a la posibilidad de constituir “asociaciones políticas” de no menos de 25.000 miembros y ligadas al Movimiento Nacional, a permitir la elección de los alcaldes (por los concejales nombrados) en lugar de ser designados por el Gobernador Civil, a ampliar el porcentaje de procuradores en Cortes (diputados en el lenguaje actual) electos del 17 al 35 %.
Este escaso ideario no llegaría, sin embargo, a ninguna parte. Los acontecimientos se sucedieron con rapidez. Tan solo 12 días después el obispo de Bilbao, Antonio Añoveros, publicó una pastoral defendiendo la identidad cultural del pueblo vasco. La reacción fue tremenda e inmediata, el obispo y su vicario general fueron arrestados y se le pretendió expulsar de España. Finalmente, Arias cedió ante las presiones del Vaticano.
Pocos días después, el 1 de marzo, Salvador Puig Antich era ejecutado por garrote vil. La movilización internacional contra esta horrenda ejecución fue general.
Tras estos dos acontecimientos el espíritu del 12 de febrero quedó desprestigiado entre los propios miembros del régimen. La Revolución de los Claveles de Portugal el 25 de abril de 1974 enrocó al régimen franquista. Pocas semanas después destituiría al General Manuel Díez-Alegría como Jefe del Alto Estado Mayor, parando la reforma del ejército. Arias Navarro llegaría a ofrecerse a los americanos para invadir Portugal.
En 1975 nuevamente se aceleró la historia de España. Tras los fusilamientos en septiembre de José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegui se produjo una tremenda presión internacional contra el régimen. Y en medio de ese descrédito interior e internacional, el gobierno de Arias comete en noviembre la cobardía de huir del Sahara, ante la invasión de Marruecos, abandonando a los saharauis (españoles con DNI y representantes en las Cortes) a su suerte y que tuvieron que huir a Argelia muriendo por el camino centenares de españoles bajo las bombas de napalm y fósforo blanco marroquíes. Se encontraba en esos momentos como Jefe del Estado el Príncipe Juan Carlos. Días más tarde, ese mismo mes de noviembre moriría Franco.
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LA MUERTE DE FRANCO, LA CORONACIÓN DEL REY JUAN CARLOS I Y LOS ACONTECIMIENTOS DE 1976
Tras la muerte del dictador Franco, Juan Carlos fue coronado Rey (como había dicho Franco todo estaba “atado y bien atado”). Juan Carlos asumió la corona jurando sobre los Principios del Movimiento (más tarde no juraría la Constitución española para no cometer perjurio) y arrebatándole en ese acto la corona a su padre, Don Juan, que no había abdicado ni abdicó para esa coronación de su hijo.
La esperada acción democratizadora del nuevo Rey no se materializó y mantuvo como presidente del gobierno al desprestigiado Arias Navarro, símbolo del más duro franquismo.
La matanza de los obreros de Vitoria el 3 de marzo de 1976, cinco muertos de bala y ciento cincuenta heridos, y los asesinatos de Montejurra el 9 de mayo de ese año hizo insostenible la situación y forzaron la dimisión de Arias Navarro el 1 de julio de 1976.
Arias Navarro lee el testamento del dictador Franco
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LA REFORMA POLÍTICA DE ADOLFO SUAREZ
Tras la destitución de Arias, el rey nombra Presidente del Gobierno al, hasta entonces, ministro-secretario general del Movimiento Adolfo Suárez, que anteriormente había sido Director de TVE.
Suárez presentó su programa donde anunció la apertura de un proceso democrático, la celebración de un referéndum y la convocatoria de elecciones antes de finales de junio de 1977. Sin embargo, el proyecto de Código Penal presentado a las Cortes ese mismo mes no permitía la legalización del Partido Comunista.
Ya en agosto se reúne con Felipe González y establece contacto indirecto con Santiago Carrillo. El XXVII Congreso del PSOE se celebraría en plena libertad (“Socialismo en libertad” era el lema del congreso) los primeros días de diciembre de 1976 con la presencia de varias personalidades europeas (Olof Palme y Willy Brandt). En este proceso de apertura del régimen se produciría la dimisión del Vicepresidente del Gobierno para la Defensa general Fernando de Santiago Díaz de Mendívil y su sustitución por el general Gutiérrez Mellado.
La Ley para la Reforma Política, gestada por Adolfo Suárez a partir de las ideas y del borrador del presidente de las Cortes Torcuato Fernández-Miranda presentado en agosto, se debatió en las Cortes en el mes de noviembre y se sometió a referéndum el 15 de diciembre de 1976.
En resumen, la Reforma Política pretendía
- Perpetuar las instituciones del régimen franquista (monarquía, poder judicial, ejército, etc.)
- Legalizar progresivamente los partidos políticos y favorecer un sistema político de alternancia entre dos partidos políticos, uno de derechas y otro socialdemócrata.
- Neutralizar la influencia del Partido Comunista en la sociedad de la época y desmovilizar a un país que en 1976 estaba permanentemente levantado frente al franquismo.
Para ello era necesario promocionar al partido socialista, con escasa implantación dentro de España y tolerando la ingente e ilegal financiación extranjera que recibió para implantarse. Y paralelamente, era necesario convencer al Partido Comunista para que aceptase esta subordinación a cambio de su legalización y bajo la amenaza de un, posteriormente constatado, inexistente riesgo de involución militar.
El Partido Comunista (PCE) aceptó la Reforma Política de Suárez, puso a su organización a moderar las movilizaciones populares y fue legalizado el 9 de abril de 1977. Quedará para siempre la duda de cuál habría sido el escenario si el PCE no hubiese aceptado la Reforma y hubiese seguido junto con el resto de la izquierda, que permaneció ilegalizada, la lucha por la ruptura democrática. ¿Se habría conseguido una República sobre unas bases democráticas? Nunca lo sabremos. De lo que no hay duda es que sin el acuerdo del PCE la Reforma no habría tenido la convalidación internacional tal y como se realizó.
Mientras la Reforma se gestaba, los organismos unitarios de la oposición se habían unificado, la Junta Democrática, liderada por el PCE, se fusionó con la Plataforma de Convergencia Democrática, liderada por el PSOE, formando Coordinación Democrática (la “platajunta”) en marzo de 1976. Coordinación Democrática llamó a la abstención en el referéndum por cuanto éste se desarrollaba sin libertad de expresión y sin los partidos legalizados. Sin embargo, en noviembre de ese año, unas semanas antes del referéndum, Coordinación Democrática retiró la exigencia de un gobierno provisional con toda la oposición como garantía para un proceso electoral realmente democrático. Sancionaba, de facto, su acuerdo con la Reforma de Suarez y dejaba en manos de Suarez el control y la iniciativa del proceso electoral, así como de todos los medios públicos y de la única televisión existente y que fue ampliamente utilizada de forma irregular para ganar las elecciones.
A toda la izquierda, a excepción del PSOE y el PCE, se la mantuvo ilegalizada provocando su expulsión del parlamento. Esta situación junto al fracaso de la ruptura democrática provocaría su posterior casi desaparición. Esta operación se complementó con una campaña mediática de desprestigio personal orquestada por los socialistas contra García Trevijano, para evitar que su figura como líder durante varios años de la Junta Democrática y muy conocida de la opinión pública pudiese convertirse en el referente de la movilización social por una democracia auténtica.
Tampoco se permitió el voto de los menores de 21 años.
Las elecciones generales se celebraron el 15 de junio de 1977.
Suárez explica como introdujo la Monarquía.
Renuncia al trono de Don Juan el 15 de mayo de 1977.
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CARTELES
LA UNIÓN DE CENTRO DEMOCRÁTICO (UCD)
Mientras la Reforma Política se negociaba con la oposición, el gobierno de Suárez desarrolló la formación de un partido político, ajeno al Movimiento Nacional franquista (del que el propio Suárez había sido secretario general hasta unos meses antes), al estilo de las democracias europeas que pudiese competir y ganar las elecciones anunciadas.
La UCD se constituyó como una amalgama de todos los grupos o partidos liberales y democristianos que se habían ido constituyendo tanto a nivel nacional como en las nacionalidades y regiones. No dio tiempo a constituirlo como partido para las elecciones de 1977 en las que se presentó como coalición, transformándose en partido unos meses después.
Tanto en las elecciones de 1977 como en las de 1979 obtuvo el 34,5 % de los votos, ganando por amplia mayoría.
Su hundimiento se produciría a continuación, en 1981, como consecuencia del enfrentamiento con EEUU por la OTAN. Un detalle de estos acontecimientos puede verse en “La OTAN y el 23 F”.
Espacio electoral de UCD para las elecciones de 1979
Discurso de investidura de Adolfo Suárez como Presidente en 1979