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SEMBLANZA DE ROBERTO PÉREZ JÁUREGUI

Joven obrero metalúrgico de 21 años. Militante del PCE(i). Asesinado en Eibar en la manifestación de diciembre 1970 contra el Proceso de Burgos.

SEMBLANZA DE ROBERTO PÉREZ JÁUREGUI

Diciembre 2011, 41 Años sin Roberto: ¡No te olvidamos!

 

Roberto Pérez Jáuregui cayó herido mortalmente por disparos de la policía, en Eibar (Guipúzcoa), el 4 de diciembre de 1970, en el curso de una manifestación de protesta contra el «Proceso de Burgos»; un juicio contra dieciséis militantes de ETA, para seis de los cuales el tribunal solicitaba pena de muerte. Como se recordará este proceso se daba en el marco de un durísimo Estado de Excepción y de importantes movilizaciones en toda España y en muchos países europeos.

En Eibar se había declarado una Huelga General que había paralizado la ciudad durante dos días y aquella manifestación fue dispersada a tiros por la guardia civil y la policía. La ciudad estaba tomada por la Policía Armada, Guardia Civil y Brigada Político Social que no dudaron en utilizar todos los medios para la represión de huelguistas y manifestantes. Como manifiestan testigos de la época, entre ellos Jorge Pérez Jáuregui, hermano de Roberto, en la primera carga ya hubo disparos y cayó el primer herido, el vecino de Eibar Manuel Gil Uriarte, a quien alcanzó una bala que rebotó contra la pared de un edificio. Poco después se produjeron nuevas cargas para disolver la manifestación y Roberto Pérez Jáuregui, militante del PCE(i), uno de los eibarreses que la encabezaba, fue alcanzado por disparos hechos prácticamente a quemarropa, desde unos dos metros de distancia. Unos disparos hechos a tan corta distancia no podían tener más que el alevoso objetivo de matar y desgraciadamente lo cumplieron. Los médicos que le atendieron nada pudieron hacer para salvar su vida ante las mortales heridas que presentaba y moría, como consecuencia de las mismas, el 8 de diciembre de 1970, tras cuatro días de agonía.

El policía de paisano que realizó los disparos, mezclado con los manifestantes, no tuvo que dar explicaciones, ni fue llevado ante ningún juez, más bien todo lo contrario, fue promovido por el Régimen franquista a la Brigada Político Social en Valladolid, le recompensaban así su atrocidad. Todas las investigaciones posteriores parecen indicar que el policía José Ramón Sánchez Pizarro pudo ser el autor de los disparos que mataron a Roberto. Pero el Régimen no abrió ninguna investigación y la familia de Roberto nada pudo hacer para exigir responsabilidades y llevarlo ante los tribunales.

A pesar de las maniobras del Régimen para que Roberto fuese enterrado en San Sebastián, actual Donosti, -recordemos que había sido ingresado en la Ciudad Sanitaria de aquella ciudad- intentando impedir las manifestaciones de apoyo y solidaridad, su familia consiguió enterrarlo en Eibar, su ciudad natal. Su amigo José Alcoba, explicó siete años después para La Unión del Pueblo las impresionantes muestras de apoyo y solidaridad de Eibar. “La clase obrera eibarresa saltó al unísono, y prueba de ello es que dos horas antes del funeral los obreros salían de las fábricas dejando sus puestos de trabajo. No sería exagerado decir que hubo quince mil personas en el trayecto previsto hasta el cementerio; y esto a pesar de que Eibar estaba militarmente tomada, y el miedo y la tensión eran muy grandes.

En el mismo artículo continuaba relatando que (…) “Roberto era un militante con gran entrega y espíritu de sacrificio y tenía una gran confianza en la clase obrera”(…)
También su hermano Jorge manifestaba que “El pueblo le consideró y le sigue considerando un revolucionario”, su padre Casimiro Pérez ( Miro) recuerda la enorme capacidad de convicción que tenía y como (…) cuando hablaba con nosotros lo hacía de una forma inteligente… nos explicaba la situación y nos decía como se podía solucionar. Nos sentíamos orgullosos de él”(…)

Por su parte Alicia Jáuregui, su madre, explicaba que en el trayecto hacia a Eibar (…) las carreteras estaban cortadas por fuertes contingentes de policía y no dejaban entrar a nadie que no fuera de Eibar (…); también como la familia y el pueblo de Eibar se habían opuesto con toda firmeza a que fuese enterrado fuera de su ciudad, Alicia sentía un enorme agradecimiento por la solidaridad recibida en aquel terrible momento de su vida como madre.

Todos ellos coinciden en glosar la figura de Roberto como un comunista ejemplar, un joven entusiasta y valeroso entregado a la lucha por la libertad.

En efecto, Roberto Pérez Jáuregui era un joven antifascista, un joven revolucionario que luchaba por derrocar la dictadura, por conquistar la democracia, la libertad y el socialismo. En el momento de su asesinato lo hacía, nada más y nada menos, que contra la pena de muerte, la infame venganza que la dictadura mantuvo vigente hasta el último día. Su lucha, junto a la de miles de demócratas de todo el Estado español, sirvió para que aquellas penas de muerte no se ejecutaran y fueran conmutadas por las de cadena perpetua. Como sabemos, más tarde, a finales de 1977, los presos condenados en el Proceso de Burgos serían amnistiados, entre ellos Mario Onaindía, Enrique Gesalaga y Ion Etxabe, vecinos también de Eibar.

Pero para Roberto no había vuelta atrás, había sido asesinado. Como escribe el historiador Iñaki Egaña en su artículo Victimas sin inventariar, (….) «recordamos, que no es poco, los hitos de nuestra historia mientras las micro-historias caen al fondo del saco. El proceso de Burgos es uno de esos hitos, con sus condenas, movilizaciones, conmutaciones de penas. Nadie conmutó la condena a muerte, sin embargo, que recayó sobre un chaval, Roberto Pérez Jáuregui, que se derrumbó sin vida en una manifestación de apoyo a los procesados reprimida a tiros por la Guardia Civil, en Eibar».

A Roberto Pérez Jáuregui, como a todas las víctimas del franquismo, no le queda más que la reivindicación de su memoria como luchador por la democracia, la libertad y el socialismo, no le queda más, a día de hoy, que su derecho a ser considerado víctima política de un Estado ilegal e ilegítimo que siguió reprimiendo, encarcelando y asesinando hasta el último momento a centenares de hijos del pueblo, en muchos casos, “víctimas sin inventariar”, es decir olvidadas. Olvidadas para las instituciones y para los que con el postfranquismo negociaron la transición y la No ruptura. Víctimas permanentes en la memoria de su familia, de sus camaradas de militancia y de muchos demócratas que seguimos exigiendo que se haga justicia. Todavía hoy que han pasado 41 años, a pesar de la promulgación de la Ley de la Memoria Histórica, se sigue sin poder llevar ante los tribunales a los que promocionaron la represión, a los autores materiales del asesinato de Roberto y de tantas decenas más de antifascistas.

En enero de 1976, en la clandestinidad, sin poder aun hacer ningún acto público de homenaje, un militante anónimo del PTE o amigo de Roberto le escribía este emocionado poema que reproducimos del Correo del Pueblo. En honor a su entrega y valentía en la lucha por la democracia la libertad y el socialismo.

 

Roberto Pérez Jáuregui

Militante de nuestro Partido, asesinado el 8 de diciembre de 1970 cuando encabezaba una manifestación en Eibar contra el Consejo de Guerra de Burgos.

Está naciendo un jardín
donde caíste, Roberto
por tres balas asesinas
mil pechos ya se han abierto.

Los fabricantes del miedo
nos quisieron asustar
pero el río de tu sangre
nadie lo podrá parar.

Ni escopetas ni fusiles
ni el terror podrá callar
las gargantas de la calle
gritando !ASKATASUNA¡

Tus asesinos no saben
que no hicieron más que brotar
rosas rojas de tu cuerpo
que el pueblo cultivará.

El recuerdo emocionado
del cariño popular
se manifiesta en la calle
en la lucha, sin cesar.

Está naciendo un jardín
donde caíste, Roberto
por tres balas asesinas
mil pechos ya se han abierto.

 

Los padres de Roberto, Casimiro Pérez y Alicia Jáuregui, que tras su asesinato habían empezado a militar el PCE(i), y más tarde en el PTE, así como su hermano Jorge, que lo hizo en la JGRE, no dejaron de batallar desde el primer momento para lograr el esclarecimiento de los hechos, para llevar ante el juez al asesino de su hijo y hermano. Todos ellos eran destacados antifascistas en Eibar y habían asistido también a aquella manifestación. Alicia fue una valerosa mujer, una verdadera madre coraje que con todo su dolor como madre no dejó de participar en la lucha política de aquellos años. Desgraciadamente murió hace siete sin ver para su hijo Roberto el reconocimiento como víctima de la represión franquista.

Queremos desde aquí rendirle homenaje también a ella que tan valientemente luchó por recuperar la memoria de su hijo. A ella y a otra madre coraje que les acompañó solidariamente y dio incondicional apoyo a la familia, nos referimos a Nicolasa Martín, madre de otro camarada caído en la lucha por la libertad. La madre de Genaro Sánchez Martín que murió electrocutado cuando colocaba una bandera del partido en un poste de alta tensión en Sestao, el primer muerto del PCE(i) en la lucha por la libertad. Mujeres del pueblo las dos, a las que la dictadura arrebató a sus hijos siendo éstos muy jóvenes, casi unos niños.

En diciembre de 1977 se realizó en Eibar el primer homenaje público a Roberto, el primero que pudo hacerse en libertad, con asistencia de más de 3000 personas. En él participaron destacados dirigentes del PTE: Eladio García Castro, Secretario General del PTE, Carlos Calderón, Secretario del Comité de Guipúzcoa y José María Beraza Secretario Político de Euskadi.

Tras las elecciones del 15 J – ya en plena democracia-, nada se hizo desde las instituciones públicas, ni Autonómicas ni Estatales, ni tampoco Municipales para hacer justicia a las víctimas que dejaron su vida en las calles en defensa de la libertad. La “modélica” Transición corrió un tupido velo sobre ellas y posteriormente ningún gobierno tuvo la valentía de promover leyes que les dieran Reparación, Justicia y Dignidad. Con ello contribuyeron a hacerlas invisibles, como si nunca hubieran existido, es como si las mataran dos veces.

No sería hasta 2007 que el Gobierno de Rodríguez Zapatero abordó una ley para reparar el olvido al que habían sido sometidas durante tantos años. Debemos recordar que en la fase preliminar, despertó grandes expectativas, pero nuevamente no se cumplieron. Aunque es mejor que nada qué es lo que había antes. La Ley de la Memoria Histórica de 2007 llegó demasiado tarde (muchos familiares de víctimas habían muerto) y desde luego se quedó muy corta; no aborda en profundidad la obligación del Estado de garantizar públicamente el derecho de las víctimas a la Verdad, la Justicia y la Reparación y no permite que se lleve ante los tribunales a los que ejercieron la represión y fueron autores materiales de tantos asesinatos.

En 2008 el ayuntamiento de Eibar, de mayoría socialista, había organizado un homenaje a las víctimas del terrorismo en la ciudad; una oportunidad para reparar también la memoria de Roberto, para reconocerlo públicamente como victima de la represión franquista, como víctima del terrorismo de Estado, pero paradójicamente se “olvidó” de él y de su familia. ¿Se olvidó, o no quiso acordarse? Así, contribuyó a mantener en el anonimato el cruel asesinato de Roberto, un asesinato que fue un crimen de Estado, perpetrado por las Fuerzas de Orden Público que servían a la dictadura. Su hermano Jorge escribió una carta al ayuntamiento mostrando su indignación y exigiendo una respuesta, carta que reproducimos.

Carta al Ayuntamiento de Eibar (Gipuzkoa)

 

Víctimas sin apellidos:
«Me produce rabia e indignación que en el homenaje que el ayuntamiento de nuestro pueblo ha organizado para el día 21, se reconozca a las víctimas de ETA, a las víctimas del triple A, del batallón vasco-español etc., y al único que se deja fuera es a mi hermano Roberto Pérez Jáuregui, asesinado en una manifestación popular y pacífica en protesta por el Proceso de Burgos en diciembre de 1970. En estas fechas, cuando el pasado día 8 se cumplieron 38 años de su muerte, seguimos sin la posibilidad de pedir justicia y de aclarar los hechos. ¿Y os atrevéis a decir que ni Roberto ni nosotros, su familia, somos víctimas del terrorismo? ¿Y os atrevéis a hablar de memoria histórica cuando está claro que habéis ‘borrado’ una parte importante de la historia de este pueblo? Somos víctimas del peor de los terrorismos, el terrorismo de Estado. Por quien más lo siento es por mi padre Casimiro, y casi me alegro de que mi madre Alicia no esté entre nosotros y no tenga que ver la desfachatez de este Ayuntamiento. Por último, ‘agradecer’ a mi Ayuntamiento la nula información y el no haberse puesto en contacto con nosotros».
Jorge Pérez Jáuregui

También mostraron su indignación ciudadanos como Begoña Vesga Allende, en una carta a Diario Vasco el 23 del 12 del 2008 en la que en otras cosas manifiesta su solidaridad con la familia de Roberto y dice:

“(….) En una Gipuzkoa de 1970 en Estado de Excepción, en un Eibar totalmente paralizado por la huelga solidaria, con derechos fundamentales anulados, ¿qué no fue víctima del terrorismo? Roberto fue asesinado por una banda terrorista convertida en Estado ilegal, esa es la única verdad. El revulsivo de su asesinato a los 21 años, aquel 4 de diciembre, contribuyó a que se indultasen las penas de muerte impuestas, entre ellos al eibarrés Mario Onaindía, que luego sería dirigente socialista. Pero a él, como bien dice el artículo de Egaña, no sólo nadie le conmutó la condena a muerte, sino que 38 años después sigue siendo olvidado. Tenemos todavía todo un país sin inventariar, como terminaba el artículo de Egaña, y desgraciadamente también hay víctimas del terrorismo sin inventariar en nuestro pueblo. Que la Asociación de Víctimas no le tengan entre los suyos, pase, pero que un Ayuntamiento como el nuestro, que viene impulsando un loable trabajo de recuperación de la historia de Eibar, haya excluido a la familia de Roberto del homenaje las víctimas del terrorismo no lo entiendo ni lo comparto”.

En diciembre de 2010, el reconocimiento público a su figura, como víctima de la represión franquista, vino de la mano del colectivo independiente de vecinos de Eibar, una plataforma que trabajó para rendir junto a su familia homenaje público a Roberto y rescatar así su figura del olvido; unos actos especialmente emotivos para Miro, su padre y Jorge, su hermano. También la Asociación AHAZTUAK 1936-1977, en cuya Web podemos documentar su deseo de mantener viva su memoria, realizó actividades. (…) actividades que tendrán como objetivo traer a la memoria de todas las personas vecinas de Eibar y por extensión a toda la ciudadanía vasca lo que fueron aquellos hechos y junto a ello la reivindicación de Verdad, Reparación y Justicia para Roberto Pérez Jáuregui y para todas las víctimas del régimen franquista “ (…)

Pero a nivel institucional, el ayuntamiento de su ciudad, siguió sin mover un dedo para reconocer la figura de Roberto como víctima de la represión franquista, no solamente “se había olvidado” de él como víctima del terrorismo de Estado cuando dos años antes había realizado un merecido reconocimiento a las víctimas del terrorismo en Eibar, sino que tampoco participó abierta y públicamente en aquel acto de 2010. Su alcalde, Miguel de los Toyos Nazabal, se limitó a cubrir el expediente asistiendo a nivel individual desde un rincón a alguno de los actos, sin implicarse en absoluto ni hablar con la familia. ¡Ni un gesto institucional que comprometiera al Ayuntamiento! De los Toyos, perdía así la oportunidad de hacer desde la institución municipal Justicia a tantos años de olvido. Fue el tesón de su familia junto al colectivo de ciudadanos de Eibar y AHAZTUAK 1936-1977 los que permitieron que todo el pueblo de Eibar rindiera homenaje a Roberto.

Todos los actos fueron especialmente emotivos, por su carácter solidario, de reparación y justicia. Se colocó esta placa en la calle Karmen Kalea, la calle donde Roberto fue tiroteado por la policía y mortalmente herido.

También realizaron una concentración y bailaron un aurresku de honor, por iniciativa popular de los vecinos de Eibar.

Una concentración en el Parque de los Carmelitas, muy cercano al lugar donde cayó herido, acto en el que intervienen un representante de AHAZTUAK 1936-1977 e Itziar Aizpurua, una de las encausadas en el Proceso de Burgos.

Una charla en la que recordaron lo que fueron aquellos terribles acontecimientos que costaron la vida a Roberto.

Tras los actos realizados por los vecinos de Eibar, y un escrito de quienes habían organizado el homenaje, exigiendo que se pronunciaran públicamente, el Ayuntamiento se decidió a promover una iniciativa que, a través de su Junta de portavoces municipales, recordaba los hechos y reconocía a Roberto Pérez Jáuregui como víctima de la represión franquista, manifestando a la familia su “pesar y solidaridad”.

Un escrito para salir del paso, si tenemos en cuenta la forma en que se hizo llegar a la familia. A través de la Asociación de iniciativa popular que los vecinos de Eibar habían promovido, sin tener para ellos ni una sola palabra de solidaridad y cercanía de manera directa, sin realizar ningún acto institucional público, sin luz y sin taquígrafos: cubrir el expediente y a otra cosa. Nuevamente Roberto Pérez Jáuregui fue considerado por su Ayuntamiento víctima de segunda clase. Como todas las víctimas olvidadas por las instituciones.

Obviamente, esta iniciativa municipal es mejor que nada, pero a todas luces insuficiente. Si el Ayuntamiento de Eibar y su alcalde quieren que se considere creíble su escrito, hacemos desde aquí las siguientes consideraciones:

Debe promoverse de manera pública, desde el Ayuntamiento, un acto de homenaje a Roberto, con presencia de la prensa, de los vecinos y de sus familiares; el ayuntamiento debe recoger y hacer suyo el deber de las instituciones -también las municipales- de hacer visible que todas las víctimas tienen derecho a la Verdad, la Reparación y la Justicia. Todo ello conlleva trabajar para abrir caminos que en algún momento puedan poner a los asesinos de Roberto ante los tribunales. No hacemos estas peticiones por deseo de venganza, sino por Justicia y Dignidad.

Justicia y Dignidad es lo que ha llevado desde hace años a muchos ciudadanos anónimos, Asociaciones Memorialísticas y familiares a confeccionar Blogs, vídeos y páginas Web que se encuentran en Internet a disposición de los internautas. Queremos dejar aquí algunas de ellas:

La película: El proceso de Burgos de Imanol Uribe.

Dos fragmentos de la película que hablan de Roberto.

 

 

Páginas web:

http://gerindabaibi.blogspot.com/2010/11/40-aniversario-de-la-muerte-de-roberto.html

http://ahaztuak1936-1977.blogspot.com/2010/11/en-memoria-de-roberto-perez.html

 

Finalmente, queremos destacar que este año, al cumplirse el 41 aniversario de su asesinato, se han realizado nuevos actos de en su memoria.

A través del colectivo AHAZTUAK 1936-1977 (OLVIDAD@S 1936-1977), con asistencia de su familia: su padre Miro, su hermano Jorge, su cuñada Arrate y sus sobrinos Ion y Aitziber representantes de la célula del PCE(i) en la que militaba Roberto, varios representantes de nuestra asociación, con participación de un nutrido grupo de vecinos de Eibar, amigos personales y compañeros de Roberto. Unos actos especialmente emotivos para todos ellos.

Tomaron la palabra Martxelo por Ahaztuak y Pepe Porrero por nuestra Asociación, la AMHPTE; se bailó un aurresku de honor y se colocó ante la placa conmemorativa una ofrenda floral. El acto terminó con el canto del Eusko Gudariak y la Internacional.

No podemos dejar de mencionar que nuevamente, el consistorio no hizo acto de presencia, su alcalde volvió a perder la oportunidad de exigir Verdad, Justicia y Reparación junto a sus vecinos para Roberto Pérez Jáuregui.

Exigir Verdad, Reparación y Justicia implica que el Estado como responsable subsidiario, debe elaborar leyes que amplíen las posibilidades de la Ley de la Memoria Histórica 2007, de manera que permita llevar ante un juez a los que participaron directamente en la represión y a sus superiores jerárquicos hasta el nivel que haya lugar. Para todas y cada una de las víctimas del franquismo, no es suficiente con un reconocimiento privado en un documento, o la reparación económica a la familia. Desde nuestro punto de vista se hace necesario que vaya acompañado de la depuración de responsabilidades. No es venganza lo que exigimos, sino Dignidad y Justicia. Seguiremos batallando, camarada Roberto. ¡No te olvidamos!

La Unión del Pueblo, Año I Nº 30, 1 dic. 1977 Pág. 16
Victimas sin Inventariar. Iñaki Egaña. Rebelión 30-12-2006

El Correo del Pueblo, Año II Nº 25, 8 de enero, Pág. 8

La Unión del Pueblo, Año I, Nº 32, 15 dic. 1977 Pág. 8 y 9

Diario Vasco 23-12-2008. Carta de Jorge Pérez Jáuregui al Ayuntamiento de Eibar/ Carta de Begoña Vesga Allende al Ayuntamiento de Eibar.

 

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