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MANIFIESTO UNITARIO DEL HOMENAJE A JAVIER VERDEJO 2013

24 de septiembre de 2013

Por las playas de Almería nacieron claveles frescos
sembraos con la semilla del joven Javier Verdejo
que en una noche de Agosto
cuando su misión cumplía, las balas del enemigo
le destrozaron la vía.

Esta letra de la canción del grupo Gente del Pueblo, que en esta edición del homenaje a Francisco Javier Verdejo Lucas nos acompaña, resume de forma poética lo que ocurrió el viernes 13 de agosto de 1976, en esta playa.

Javier, militante de la Joven Guardia Roja y estudiante de Biológicas en Granada, frente a la ideología franquista familiar, tenía una misión, luchar por un mundo mejor, tratando de evitar que el régimen fascista mantuviera su continuidad con el heredero elegido por el dictador.

Avanzan de dos en fondo
a la ciudad de la fiesta.
Un rumor de siemprevivas
invade las cartucheras.
Avanzan de dos en fondo.
Doble nocturno de tela.
El cielo se les antoja
una vitrina de espuelas.

Como cantaba Lorca, la guardia civil acechaba. Javier, en un Almería festiva, pintaba Pan, Trabajo y Libertad, sin conseguir nada más que escribir las primeras cuatro letras, al ser tiroteado, segando así su vida.

El impacto de su asesinato fue muy grande en su ciudad, a pesar de las decisiones represivas de Roberto Gª Calvo, Gobernador Civil (y Jefe Provincial del Movimiento) -que luego fue elegido miembro del Tribunal Constitucional como ¡demócrata de toda la vida!- no pudo impedir las masivas manifestaciones y sepelios populares. En el ámbito del Estado también supuso una corriente de solidaridad en cientos de pueblos y ciudades.

Su muerte se produjo con el Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, veraneando a 30 km., donde, ajeno al crimen, preparaba la proclamación de su hija Mª Amparo como reina de las fiestas del Cabo de Gata, sin tener ni un gesto ni una declaración sobre el tema. Pocos días después se reunió con Felipe González para pactar en secreto la traición a los intereses populares, sin que éste tampoco se viera afectado por la represión que sufrían los luchadores antifascistas.

Hoy, treinta y siete años después, muchas de las víctimas, que como Javier sufrieron el terrorismo del Estado esperan que se reconozca la verdad, se haga justicia y se produzca la reparación que se merecen.

La consigna que pintaba Javier, sigue estando de actualidad, cuando hay familias que tienen hambre o son desahuciadas por la falta de trabajo y la represión se ceba con los luchadores por la libertad (como con nuestros compañeros del SAT). Los que ayer luchábamos contigo y los más jóvenes, te tenemos como ejemplo de lucha de la juventud por una sociedad sin exclusiones y podemos mantener la promesa que hicimos en tantos actos y manifestaciones:

Javier, hermano,
no te olvidamos.