ARCHIVO POR ORGANIZACIONES

MOVIMIENTO VECINAL

MOVIMIENTO CIUDADANO

El movimiento ciudadano se fue desarrollando en los últimos años de la dictadura a través de los resquicios asociativos legales (asociaciones de vecinos, de amas de casa, etc.) Las fuertes subidas de precios de 1977 (la inflación alcanzaría niveles nunca vistos) catalizaron una gran protesta por toda España. La lucha por una vivienda digna se dirigió contra unos ayuntamientos franquistas, en unas ciudades rodeadas por grandes núcleos chabolistas. La sanidad y la obtención de los equipamientos sanitarios necesarios fue otro elemento de agitación social. La fuerza de la cultura apoyó las movilizaciones populares, a las que se iban sumando todo tipo de movimientos: de minusválidos (el uso de esta palabra cambiaría años más tarde), de pensionistas, de gitanos, etc.

El movimiento ciudadano toma los barrios. En cualquier lugar, todas las reivindicaciones ciudadanas salen a la luz. Los ciudadanos se organizan para mejorar las condiciones de vida. Las asociaciones de vecinos y numerosas organizaciones se desarrollan al calor de las movilizaciones.

En Madrid, los días 8 y 9 de septiembre de 1977, cerca de 300.000 personas salieron a la calle en cuatro manifestaciones para protestar contra la carestía de la vida. Aunque la dirección del PCE local se opuso a la convocada de la calle Alcalá, en la misma participaron numerosos militantes disconformes con la posición de su partido.

La movilización social fue total. El empuje social hacia el cambio democrático vino de todas partes. La caída del régimen abrió la esperanza de que una sociedad mejor fuera posible. Y todos se pusieron en marcha hacia esa ilusión.

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LAS ASOCIACIONES DE VECINOS

A lo largo del franquismo se van desarrollando por todas las ciudades de España y en cada barrio popular, asociaciones de vecinos impulsadas por los militantes comunistas, nacionalistas y cristianos.

A partir de los años 70 se crean las Federaciones de Asociaciones de Vecinos en las grandes ciudades que aportan la necesaria articulación y coordinación del movimiento vecinal.

Bilbao, Barcelona y Madrid, entre otras, fueron testigos de un desarrollo y empoderamiento vecinal con una repercusión decisiva en las ciudades y en la sociedad española.

Destaca en este sentido Barcelona donde el movimiento vecinal provocó el cese de los alcaldes franquistas en estos años: José María Porcioles en 1973, Enric Masó en 1975 y Joaquim Viola en 1976.

 

Las Asociaciones de Vecinos / Associacions Veïnals en Barcelona

La Federació d’Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona surge en los años 40, pero no sería hasta la incorporación de las 17 asociaciones que componían la Coordinadora de San Antoni, que se había constituido en 1972 y se incorporaron a la FAVB en 1974, que surge la FAVB actual.

Estas asociaciones combativas estaban en minoría dentro de la FAVB, 20 sobre 80, pero enseguida su activismo ciudadano les llevaría a multiplicar las asociaciones en Barcelona y a marcar la agenda de la Federación. Su ligazón con la Assemblea de Catalunya les dio igualmente un predominio político. El último presidente “bombillaire” (alusión al carácter botiguer inicial de la FAVB), abandonó el cargo en 1978 siendo nombrado regidor por CiU al año siguiente.

La ocupación de vecinos de Nou Barris y el Carmel en 1973 de un pleno municipal que provocaría el cese del Alcalde Porcioles, fue uno de los primeros grandes hitos del movimiento vecinal de Barcelona. Dos años más tarde, en 1975, el Alcalde Masó sería apartado ante el empuje vecinal sobre el Plan Comarcal. Y si el Alcalde Masó cayó por ceder ante el movimiento, por lo contrario, le ocurriría lo mismo a su sucesor Viola en 1976.

Con la llegada al Ayuntamiento de los socialistas en 1979 se produjo una fuerte ruptura entre el movimiento vecinal y el Ayuntamiento. Éste rechazó el derecho a voz de la FAVB en los plenos y el partido socialista llamó a todos sus militantes a abandonar la FAVB. Años más tarde el partido socialista daría marcha atrás en esta decisión.

Web de la FAVB Federació d’Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona

 

El movimiento vecinal en Bilbao

El movimiento vecinal en Bilbao viene marcado tanto por la evolución nacional del despertar ciudadano como por la figura de la Alcaldesa de Bilbao, Pilar Careaga. Alcaldesa de la ciudad desde 1969 hasta que fue forzada a dimitir por el movimiento vecinal en 1975, esta mujer de extrema derecha y fundadora de Fuerza Nueva generó un abandono absoluto de la ciudad de Bilbao y levantó barrios sin urbanizar.

Frente a esta situación y utilizando la Ley General de Asociaciones de 1964 comienzan a constituirse Asociaciones de Vecinos en los barrios de la ciudad, al principio enfrentadas a las Asociaciones de Padres de Familia. Desde 1968 se genera un desarrollo acelerado de nuevas Asociaciones que van adquiriendo un protagonismo decisivo en la ciudad.

El Colegio Oficial de Arquitectos Vasconavarro (COAVN) tuvo una influencia notable en el desarrollo del movimiento a través de su taller de arquitectura al servicio de los movimientos ciudadanos.

El movimiento vecinal de Bilbao generó varios hitos importantes durante estos años: El libro negro de Rekalde, las movilizaciones por el Metro o las luchas por las zonas verdes entre otros.

Web de la FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES VECINALES DE BILBAO – BILBOKO AUZO ELKARTEEN FEDERAZIOA

 

Las Asociaciones de Vecinos en Madrid

Al igual que hemos indicado para Bilbao, también en Madrid como en el resto de España, sería la Ley General de Asociaciones de 1964 el origen del movimiento asociativo vecinal.

En 1967 se crea la primera asociación en Aluche, la asociación Puerto Chico, y a partir de ella todos los barrios van constituyendo la suya hasta las 174 asociaciones existentes en la ciudad de Madrid.

Madrid en los años 50 y 60 recibió un aluvión tremendo de inmigrantes que huían del hambre en sus pueblos, conformando una ciudad rodeada por miles y miles de chabolas sobre barrizales, sin agua y sin los mínimos necesarios

En 1957 las tensiones internas del Régimen generaron un cambio de gobierno histórico para la economía de nuestro país. Los ministros de Falange y las JONS serían desplazados por los nuevos tecnócratas del Opus Dei. En este cambio el falangista Jose Luis Arrese ocupó el Ministerio de la Vivienda hasta su dimisión en 1960. El 13 de noviembre de 1957 se aprueba el Plan De Urgencia Social de Madrid. Este Plan sería encomendado a la Obra Sindical del Hogar. El Gran San Blas, con sus más de 10.000 viviendas y más de 50.000 habitantes, fue el proyecto más ambicioso de la Obra Sindical del Hogar en Madrid. La primera entrega de llaves se organizó como un gran homenaje de Madrid a Franco.

Se proponía un modelo de ciudad autosuficiente, pero, sin embargo, el proyecto tropezó con dos problemas insalvables: las dotaciones previstas y necesarias que nunca se construyeron y la deficiente calidad constructiva que derivó en grietas y ruina de muchos edificios, que muy poco tiempo después hubo que demoler y reconstruir.

En 1975 se constituye la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, que más tarde daría lugar a la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid y que no sería legalizada hasta finales de 1977. En 1976 organiza una excursión vecinal a Aranjuez que sería reprimida por la policía y un mes más tarde una manifestación en Preciados a la que asistieron en torno a 50.000 personas.

La llegada de las elecciones municipales de 1979 supuso un serio desmantelamiento de estas asociaciones tanto por la marcha de muchos de sus dirigentes a cargos municipales como por la desorientación política ante el nuevo Ayuntamiento de izquierdas. En 1981 Fernando Martos, militante de la ORT pero que en ese momento ya había acordado su ingreso en el PSOE, sustituye a Julián Rebollo, militante del PCE, al frente de una Junta Directiva pactada entre el PSOE y el PCE en una asamblea con menos de un 50% de participación de asociaciones federadas.

El movimiento vecinal de Madrid fue una de las grandes palancas del cambio social y supuso una herramienta para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Su ejemplo, sus éxitos en las reivindicaciones acometidas, daría alas a la ilusión de una sociedad mejor que trataba de salir del franquismo.

Como en el viaje a Ítaca, todos estos años de camino sembrado de éxitos, fracasos y experiencias han hecho de las asociaciones vecinales, que agrupan a más de 120.000 personas de la Comunidad de Madrid, una realidad seria, vertebrada y legitimada por su pasado y su presente, un movimiento ciudadano que afronta nuevos retos y logra conquistas más recientes”. FRAVM, Quiénes somos. Historia

La FRAVM es hoy el principal referente del movimiento vecinal en Madrid.

Web de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid

LA SITUACIÓN DE LOS AYUNTAMIENTOS AL FINAL DEL FRANQUISMO

Los ayuntamientos durante el franquismo estaban gobernados por un sistema carente totalmente del más mínimo rigor o apariencia democrática. Los concejales procedían de tres diferentes orígenes o tercios. El primer tercio o tercio familiar lo formaban concejales elegidos por votación de los ciudadanos; el segundo tercio, o tercio sindical, eran nombrados por los sindicatos verticales del régimen; y el tercer tercio eran nombrados a discreción y directamente por el Gobernador Civil. El Alcalde lo nombraba también el Gobernador Civil.

Las elecciones municipales tendrían que haberse celebrado antes de las generales de 1977 y la situación de los ayuntamientos franquistas se fue deteriorando progresivamente, con una fuerte oposición vecinal y sin ninguna credibilidad democrática. Destaca en este sentido la situación de Euskadi, con numerosas dimisiones y donde se constituyó el «grupo de Bergara» formado por 67 alcaldes y liderado por José Luis Elkoro, alcalde de Bergara y posterior dirigente de Herri Batasuna.

EL RETRASO DE LAS ELECCIONES MUNICIPALES

El miedo a la potencia del movimiento vecinal unido a la dificultad técnica para realizar una maniobra para situar a la izquierda en una posición subalterna como Suárez consiguió en las elecciones generales de 1977, al tratarse de todos los municipios de España, provocó el sucesivo aplazamiento de las elecciones municipales.

Las elecciones tenían que haberse celebrado en noviembre de 1976. El País en la noticia de su aplazamiento indicaba que «Las elecciones municipales que iban a celebrarse en principio en el próximo mes de noviembre, para renovar las Corporaciones locales y provinciales (Ayuntamientos, Diputaciones y Cabildos insulares), van a ser aplazadas, y se hará coincidir su fecha con las previstas elecciones generales«.(El País, 1 de septiembre de 1976)

Tras las elecciones generales de 1977 el clamor por renovar los Ayuntamientos se extendió por todos los municipios. A pesar de los debates, dimisiones y posicionamientos en la prensa, el gobierno no cedió y finalmente las aplazó a después de que se aprobase la Constitución.

Finalmente, con la desmovilización social producida tras los Pactos de la Moncloa y la aprobación de la Constitución, se convocaron elecciones municipales en abril de 1979.

EL MOVIMIENTO VECINAL Y LAS ELECCIONES DE 1979

A partir de las elecciones municipales del 79 se produce una crisis del movimiento vecinal tanto como consecuencia del desencanto político general provocado por la consolidación del “Régimen del 78”, como por el traspaso que se produjo de dirigentes vecinales a las estructuras de los partidos en los nuevos Ayuntamientos.

Esta crisis fue mucho más notable en el caso de Barcelona como consecuencia de las olimpiadas de 1992 que supusieron un cambio de paradigma de las reivindicaciones tradicionales del movimiento vecinal ante la trasformación urbana producida por las olimpiadas a partir de 1984 y con mucha más fuerza a partir de 1986.

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